¿Cómo mantener la singularidad de un producto editorial -y, en última instancia, la identidad de la editorial- sin comprometer la eficiencia en una industria que avanza a gran velocidad? Este parece ser el mayor reto al que puede enfrentarse una editorial a la hora de definir una estrategia de producción. Aunque navegar entre las aportaciones de los autores y una lista creciente de formatos finales multiplataforma puede ser difícil, el editor tradicional suele ver la creatividad y el diseño como algo opuesto a la automatización, una tensión esencial que tiende a considerarse irreconciliable.
Como defendía el legendario diseñador Massimo Vignelli, no hay diseño sin disciplina. Sin embargo, también añadía, tampoco hay disciplina sin inteligencia. Aquí es donde el XML suele tratar de encajar en el flujo de trabajo de la producción editorial: ser una herramienta de disciplina orientada a la eficiencia. En los últimos años, hemos visto soluciones de software que ayudaban a los editores a estructurar una entrada original, segmentarla en varias categorías y ajustarla a una plantilla prediseñada, convirtiéndola en un documento pulcramente maquetado y listo para exportar, como un archivo de InDesign. Se trata de un enfoque técnico y de paginación por lotes basado en datos para la publicación, y por lo general es un camino de ida, con la mayoría (si no todas) las reglas y excepciones preprogramadas en el proceso de etiquetado XML y creación de plantillas. Esto ocurría incluso cuando se utilizaba InDesign como motor clave del proceso de producción.
El diseño frente a la DTD: disciplina con inteligencia alimentada por la creatividad
Este flujo de trabajo y el enfoque XML se adaptan bien a varios tipos de productos editoriales, pero las cosas se complican cuando se trata de publicaciones muy detalladas y visualmente ricas, cuyo proceso editorial suele ser más complejo de lo que permite ese flujo unidireccional. Cuando el proceso de diseño no puede acortarse y reducirse a una plantilla estricta y a una definición de tipo de documento XML (o DTD), los editores tienden a apartarse y seguir trabajando a la vieja usanza. En otras palabras, valoran la disciplina de XML, pero echan de menos el elemento de inteligencia para ponerlo a su servicio, para potenciar su proceso de diseño y creación.
Hachette Livre es una de esas editoriales. Tras haber implantado con éxito un flujo de trabajo basado en XML para producir algunas de sus series de libros, cuando intentaron aplicarlo al diseño y la producción de libros de texto, acabaron encontrando varios obstáculos. “Seguimos en una cultura de mercado predominantemente orientada a la impresión y con un proceso centrado en InDesign que nos permite cubrir la mayor parte de nuestras necesidades”, dicen Stéphanie Orfila y Pierre-Yves Agasse, responsables de proyectos de edición y producción de libros de texto, “pero luchamos con la ausencia de una solución que nos permitiera generar proyectos estructuralmente complejos, con diferentes niveles de desarrollo de contenidos y diseños, al tiempo que se estabilizaban e incluso se reducían los costes y los gastos generales”.
La situación cambió por completo cuando encontraron Xtent y empezaron a hacer pruebas. Xtent es el producto estrella de Seinet, una empresa española conocida por sus soluciones DAM de última generación creadas específicamente para la industria editorial. A diferencia de otras soluciones de flujo de trabajo basadas en XML, Xtent utiliza XML como herramienta de ayuda al diseñador, para hacer su trabajo más sencillo y a la vez más inteligente. InDesign se mantiene como la principal herramienta de diseño y producción, mientras que el marcado XML, hecho de simples secciones y etiquetas, sólo servirá para colocar cada activo en su lugar correcto en InDesign.
La flexibilidad es la clave, por lo que, ya sea que los editores opten por un simple etiquetado XML de Word o por crear el XML desde dentro de InDesign utilizando el plugin de autoría de Seinet, el proceso de diseño siempre se preserva y el XML es siempre más un resultado final que un prerrequisito estructural. El maquetador o el editor mantendrán su libertad para trabajar con el diseño en InDesign, para cambiar o actualizar los cuadros de texto, los flujos de texto y los elementos gráficos, mientras que mantienen cada activo marcado con XML en una biblioteca dinámica, lista para reciclar y actualizar. Mantener esta libertad y organización tipo biblioteca también puede tener un impacto positivo en la gestión entre departamentos. Como dicen Orfila y Agasse, “generar nuestros contenidos de forma flexible y modular, en una especie de enfoque de construcción de bases de datos, puede ayudarnos a suavizar la relación entre la redacción, los autores y los diseñadores”.
En el caso de los libros de texto, esto no sólo permite al editor ir de un lado a otro con los cambios si es necesario -y Xtent también le ayuda a gestionar las asignaciones de tareas para una gestión más eficiente del equipo- sino que le permite decidir realmente qué pieza de contenido etiquetada en XML acabará en cada archivo o sección específica de InDesign. Por ejemplo, al trabajar con Q&A originales para libros de ejercicios, los diseñadores pueden etiquetar tanto las preguntas como las respuestas, pero acaban utilizando sólo las preguntas etiquetadas para los libros de ejercicios, mientras que dejan las respuestas para un capítulo o suplemento posterior, manteniéndolas convenientemente almacenadas y vinculadas a la pieza de contenido original.
Tener el contenido granular y los diseños bien organizados y disponibles para los cambios de última hora, le permitirá que el mismo cambio repercuta en varios productos finales con sólo unos pocos clics. El propio concepto de conversión a InDesign o HTML ya no tiene sentido: se trata de un enfoque integrado, impulsado por el diseño pero con inteligencia XML. “Una vez que dominemos el software por completo, creemos que la productividad aumentará enormemente, sobre todo gracias a una gestión más flexible e interesante de la creación de productos multiplataforma”, concluyen.
Esta expansión del uso de XML, ahora al servicio de la creatividad, está llamada a ser un estándar a la hora de producir libros ilustrados complejos y sofisticados y productos subsidiarios. Sólo un control preciso del contenido, pero también de las variaciones de diseño, puede permitir compartir el contenido de los libros a través de ediciones localizadas y también de productos finales multiplataforma, como el ePub o el material de e-learning, además de las ediciones localizadas. El enfoque de Xtent sobre el XML también permite enlazar o incrustar contenido multimedia (como clips de audio y vídeo) manteniendo estos asignados a sus canales finales específicos. Se trata de mantener las partes comunes compartidas y juntas y de tener las específicas ordenadas y listas para ir cada una por su lado. Para ello, Xtent ofrece incluso funciones de exportación muy fiables y una conexión LMS eficiente.